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Chumbel

por Mois Benharroch

 

            Cuando yo tenía quinze años me invito mi tío, que en buen 'olam esté, a pasar las vacancias en Madrid con mis primos. En esos tiempos de Zeman todavía no habían vuelos directos entre Israel y España y pasí por Paris. Fue mi primer vuelo con Iberia y desde entonces cada vez que viajo con Iberia me wajsheo de mi dentista...

            Ya cuando llegui a la capital de los gaulois de la escuela me dijo la azafata que no estaba ketbeado en el próximo vuelo a Madrid, pero que me podía meter en el próximo. Wa esperí allí eshateado solo en los pasillos del aeropuerto. Al llegar a Barajas, que nunca entendí de qué barajas se trata, si son las del bakará que jugábamos en Purim o las del cazino israelita de Tetuan, fui por mis maletas. Pero no llegó ninguna maleta, los otros se iban contentos con sus vestidos y yo no veía nada.

            Yo era un mancebo timido pero al final tuve la jobá de presentarme ante la compañía para pedir mis calcetines. Una señora amable fue y volvió miles de veces hasta que me dijo que mi maleta había llegado a Manchester.  Mi abuelo. Que era un zadik, se iba de viaje en barco con toda la comida y menesteres y con diez judíos para tener minyan, shaharit minja y Arbit, y nucua se le perdió nada, y yo que volo por primera vez solo en avión y mi maleta llega a una ciudad en la que ni mi padre conoce. La señora me dijo, "En lo más breve posible se la enviaremos a su domicilio." Y yo que lo entendí muy bien, porque en la escuela estudiábamos francés y no español le dije que mejor me mandara la maleta a la casa de mi tio. Di la dirección y nos fuimos.

            Pasó un día y otro y fui de oficina en oficina y llamí por teléfono cada doz horas, pero de maleta walu, nada del todo. El tercer día mi tio se enteró y llamó a la compañía por teléfono. Explico todo con detalle, y al final, dijo: Sí! Es que señor estoy chumbel. Y mi primo y yo nos echatemos al suelo de risa mientas él nos hacía con las manos que nos sequemos la boca. Y volvío cinco o seis veces a repetir la palabra chumbel, hasta que nosotros dos nos salimos de su oficina y cerramos la puerta.

            No sé que pensaron que era esa palabra pero dos horas después llegó a casa de mi tio la maleta. Fue la primera maleta que viajo sola desde Inglaterra a Madrid en Concord para que yo no me quedará chumbel...

 

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